El wasabi, conocido por su característico color verde y su intenso sabor picante, es un condimento esencial en la gastronomía japonesa, especialmente cuando se disfruta de sushi. Sin embargo, más allá de su uso culinario, el wasabi ha captado la atención de la comunidad científica debido a sus múltiples beneficios para la salud.
Este alimento se obtiene de la planta Nipona Eutrema Japonicum, perteneciente a la familia de las crucíferas. Existen diversas variedades de esta planta, de las cuales, las más conocidas es la daruma y la mazuma. El condimento verde se extrae específicamente del tallo de la planta, aunque en Japón es común consumir también las hojas en ensaladas.
Un estudio reciente realizado por la Facultad de Química y Biociencias Moleculares de la Universidad de Queensland, Australia, investigó el impacto del wasabi en la microbiota intestinal de ratas con obesidad y síndrome metabólico.
También, especificaron los científicos que el wasabi reduce la inflamación y los niveles de oxidantes en el hipocampo que es el área del cerebro responsable de la memoria y que incrementa la plasticidad neuronal.
El cultivo del wasabi es particularmente desafiante, ya que la planta requiere crecer en agua con una serie de minerales específicos y una temperatura muy precisa. Estas condiciones hacen que la producción mundial sea limitada y cuya elaboración la lidera Japón, seguido por Rusia y Corea.
En resumen, el wasabi no solo enriquece la experiencia gastronómica, sino que también ofrece beneficios para la salud, lo que lo convierte en un alimento digno de atención tanto en la cocina como en la investigación científica.
